
Esta pequeña ciudad al 150 km. Al sur este de Cochabamba posee una riquísima arquitectura colonial, conformada por viejas casas y templos de la época. Debido a la especial topografía de la zona, las calles conservan una distribución atípica, con calles sinuosas, recovecos que le confieren un aspecto de ciudad andina muy propio, considerada por ello una joya arquitectónica a donde acuden los artistas y pintores para encontrar inspiración en sus callejuelas angostas y empinadas, los detalles de sus balcones y la belleza de sus templos religiosos.
Totora es la capital de la provincia de José Carrasco, en el departamento de Cochabamba y el año 2000 fue declarada «Patrimonio Cultural de la Humanidad» por las Naciones Unidas.
En 1988 hubo un terremoto de 5.8 en la escala de Richter que trajo abajo gran parte de la ciudad y muchas construcciones antiguas tuvieron que ser restauradas, de modo que fue un impulso para que los totoreños tomaran conciencia de su rica arquitectura, restaurando con material acorde que no rompiera con la arquitectura colonial.
Fue residencia de ricos hacendados, comerciantes y artesanos textiles criollos. Además constituía un paso obligado de personas y mercancías entre el occidente y el oriente del país. Por aquella época existió en Totora la tradición por los pianos, arte musical que fue cultivado en muchas casas, llegando a existir en este pequeño poblado alrededor de 200 pianos. Todos los salones tenían pianos, así como muebles importados de Francia, arañas de Venecia, espejos biselados, etc. Las casas señoriales tenían mucha belleza. Totora era un lugar de gente de alcurnia.
Es por ello que actualmente se ha retomado dicha tradición por el piano, celebrando anualmente el Festipiano Totora, un evento artístico de trascendencia nacional que tiene por objetivo convertirse en un espacio privilegiado de encuentro de estudiantes y profesores de piano, de pianistas clásicos y de la música tradicional y folklórica, de instituciones de la danza públicas y privadas y de experimentados maestros.
Los totoreños se dedican a la producción de maíz, alfalfa, habas y papa en sus regiones de mayor altura e intentan revitalizar la economía de la región apostando al turismo, mediante la explotación de las bellezas naturales y el patrimonio cultural existentes en la comunidad.
A pocos kilómetros del pueblo están lugares turísticos como “La Phajcha” o la cascada y el río Lope Mendoza, ideal para la pesca de trucha.
En toda la zona de los valles cochabambinos se encontraron restos arqueológicos, como vasijas y otros utensilios con pintura característica del incario, objetos considerados como el reflejo de la existencia de una población que existía allí en los tiempos que se produjo la conquista española.
En cuanto a tradiciones, en Totora existe la festividad religiosa de la Virgen de Altagracia que es celebrada por los totoreños cada 16 de septiembre. Esta fecha, participan cientos de feligreses que acompañan a la imagen de la Virgen en una procesión luego de la celebración eucarística, a la que siguen fraternidades del municipio y del departamento. Además, la población reúne a sus mejores toros para la corrida tradicional y a los gallos más fuertes para las peleas, que caracterizan a los valles cochabambinos.
Tanto en los restaurantes como en las fechas festivas del pueblo, los visitantes pueden degustar del tradicional “uchuku totoreño” y acompañarlo con bebidas y refrescos del lugar.
Expertas cocineras en Totora preparan este exquisito plato con arroz, relleno de papa, ají, sopa de fideo, además del preparado de chuño con maní y las carnes de pollo, ají de lengua de res y carne de cordero.
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Ubicación: Sur este de la ciudad. Provincia de Carrasco
Altura: 2300 msnm
Distancia desde la ciudad: 150 km.
Tiempo de Viaje: 4 horas
Parada: Av. 6 de agosto y Av. República